viernes, 17 de enero de 2014

Crema catalana

Hace mucho tiempo (¡años!) que tenía ganas de hacer crema catalana (también llamada crema de Sant Josep), un delicioso postre parecido a las natillas pero con diferente consistencia y una capa de azúcar quemado que no es fácil hacer en casa si no se tiene la herramienta precisa. Aparte de por lo buena que está, porque me trae algunos buenos recuerdos.

Mi padre era un reputado cocinero y una de sus especialidades era ésta. En cierta ocasión organizó una cena en casa y preparó crema catalana para el postre, pero la asistenta se encontró los recipientes enfriándose en el frigorífico, se comió uno y debió gustarle tanto que acabó con todos los demás. Para agravar los hechos, le dijo a mi madre que estaban muy buenos los “flanecillos” que hacía su marido, y creo que esa denominación fastidió al cocinero más que tener que improvisar un nuevo postre.

Años más tarde, solíamos comer en casa de la abuela todos los domingos y a veces compraba crema catalana ya preparada, de la que viene acompañada de un sobrecito de azúcar que al espolvorearlo sobre la crema cambia de color simulando el quemado. Mi abuela me decía siempre que le repartiera yo el azúcar porque era “el que se da más arte” para echarlo.

Tras probar sin éxito otros cacharros de cocina, como un quemador de azúcar eléctrico, este año los reyes me han echado un soplete de cocina y por fin pude hacer realidad mi deseo. Lamentablemente no pude preparar la crema el mismo día 6, como era mi intención, porque los sopletes se venden descargados por seguridad debiéndose comprar un bote de gas para recargarlo en cualquier estanco (los mismos que para los mecheros), pero al ser un día festivo hubo que esperar al siguiente fin de semana. De todos modos, la espera valió la pena porque el resultado fue maravilloso.



Ingredientes (4 personas):
  • 1/2 l de leche + leche para disolver la maicena
  • 4 yemas de huevo
  • 100 g de azúcar + azúcar para decorar
  • 20 g de almidón o maicena
  • Piel de 1/2 limón 
  • 1 rama de canela
Preparación:
  • Colocar la leche en un cazo junto a la piel de limón (retirándole previamente la parte blanca del interior) y la canela y llevar a ebullición. Retirar el limón (para que no amargue la leche) y dejar infusionar la canela unos minutos. Retirar la rama, colar la leche y reservar.
  • Si aún no lo hemos hecho, separar las claras de las yemas reservando las primeras para otra receta y colocando las últimas en un bol junto al azúcar.
  • Batir las yemas con el azúcar hasta formar una pasta homogénea.
  • Colocar en un bol la leche reservada junto al resultado de batir las yemas y el azúcar.
  • Disolver la maicena en un dedito de leche, colarla y añadirla al bol anterior.
  • Calentar el bol a baño María y esperar sin dejar de remover a que la mezcla se espese y adquiera textura de crema. Es importante que nunca llegue a hervir para evitar que se corte la crema.
  • Colocar la crema en recipientes individuales, idealmente de barro, y dejar enfriar.
  • Justo antes de servir, espolvorear un puñazo de azúcar por recipiente y quemarlo con ayuda de un soplete de cocina (o, como se hacía tradicionalmente, con un hierro al rojo).

1 comentarios:

Crema pastelera

Muy bien explicada la receta, gracias!