Ingredientes (2 personas):
- 160 g de pasta larga (típicamente spaghetti)
- 2 dientes de ajo
- 1/2 guindilla
- Queso parmesano
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Cocer la pasta en abundante agua salada.
- Mientras tanto, partir el ajo y la guindilla en trozos no muy pequeños y freírlos en una sartén con una cantidad bien generosa de aceite (que cubra todo el fondo) para que coja el sabor de los ingredientes. Debe hacerse a fuego bajo para que no se queme el ajo y, al final. deben retirarse el ajo y la guindilla.
- Escurrir la pasta, añadirla a la sartén y darle unas vueltas para que la pasta se impregne bien del aceite.
- Servir acompañado de queso parmesano para que cada comensal lo ralle a su gusto.
- He utilizado para decorar unas hojas de albahaca fresca. Si a alguien le parece el plato demasiado simple, pueden picarse y añadirse a la pasta.
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