jueves, 6 de marzo de 2014

Pizza margherita e crudo

Hace tiempo Superfluo me regaló un libro para hacer pizzas caseras. En ese momento intentamos hacerla un día, pero el resultado no fue el esperado por dos motivos principalmente: el primero que la masa era bastante gorda y el segundo que usamos levadura fresca de la que venden en la zona de refrigerados de los supermercados y para mi gusto le da un sabor nada agradable como a cerveza (es levadura de cerveza). Así que cuando queríamos pizza seguíamos pidiéndola a domicilio en las pocas pizzerías decentes que hay en Zaragoza.

Pero hace unas semanas una amiga, Elena, hizo pizza en su casa y nos puso una foto por Whatsapp y me metió de nuevo el gusanillo. Después de ver un montón de vídeos en YouTube (bendito YouTube donde puedes encontrar de todo) di con una receta que se hacía con levadura química, la de los sobrecillos, y esa fue la que hice.

El primer día el resultado de sabor fue bueno (ya no me sabía la masa a cerveza) pero el grosor a superfluo no le gustó, así que probamos a hacer la mitad de la cantidad de masa y estirarla lo mismo. No voy a decir que sea fácil porque hay que tener cuidado de que la masa no se rompa, pero el resultado a mi al menos me gustó, y dado que en Zaragoza tampoco es que nos sobren pizzerías verdaderamente italianas, es una alternativa buena y mucho más barata cuando nos apetece comer este gran manjar.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que está masa tan fina puede romperse si añadimos ingredientes que pesen mucho (por ejemplo, en una pizza cuatro quesos). En ese caso habría que hacer más cantidad de masa o estirarla menos. Sin más, os dejo la receta que nosotros utilizamos para que podáis usarla en casa.


Ingredientes (para una fuente ovalada de 37x32cm):

Para la masa:
  • 150 g de harina
  • 100 ml de agua
  • 1/2 sobre de levadura química
  • 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
  • 1/4 de cucharadita de sal
Para el "relleno":
  • 200 g de tomate triturado
  • 125 g de mozzarella de búfala
  • 4-5 hojas de albahaca
  • 100 g de jamon serrano 
 Preparación:
  1. Lo primero es hacer la masa. Para ello hacemos un volcán de harina en la encimera o en un bol, agregamos la levadura, la sal y el aceite y vamos añadiendo el agua y mezclándolo con ayuda de un tenedor o cuchara.
  2. Cuando este más o menos integrado lo pasamos a una superficie plana y trabajamos la masa con las manos durante unos 10 minutos hasta que consigamos una bola lisa, homogénea y que no se pegue a las manos (a lo mejor necesitamos un poco más de harina, pero con cuidado para no pasarse).
  3. Envolvemos la bola de masa en papel transparente y dejamos reposar durante una hora.
  4. Finalizado el reposo, para evitar que se pegue la pizza untamos con un poco de aceite la fuente o bandeja donde vayamos a hornearla y espolvoreamos un poco de harina.
  5. Estiramos la bola de masa dejando los bordes un poco más gruesos.
  6. Encima de la masa ponemos el tomate triturado, sal (sin pasarnos), la mozzarella en trozos no muy grandes y las hojas de albahaca.
  7. Horneamos durante 15 minutos a 200 ºC (con el horno ya precalentado).
  8. Cuando salga del horno le añadimos un chorrito de aceite de oliva y el jamón serrano por encima.
Y a saborearla con la bebida que más os apetezca (los italianos la toman con cerveza). Lógicamente, una vez hecha la masa se pueden agregar los ingredientes que más nos apetezcan. Eso es lo bueno de las pizzas, ¡¡que se pueden tunear hasta el infinito!! ¡¡Espero que os guste!! 

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